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lósofos tan admirados y supuesta- que suele gustar tanto a nuestros es- en el fondo del alma el varón es tan so-
mente transgresores como Rousseau
tudiantes, un autor que les fascina. Es lo malvado, pero la mujer es allí mala”.
y Nietzsche. No puedo dejar de citar a estimulante asomarse a lo que escribe Este capítulo termina con un sentido
Rousseau, aunque he de reconocer que el “gran transgresor”, el que sostenía consejo por parte de una mujer vieja al
me molesta algo contribuir a la fama que iba a “transmutar todos los valo- bueno de Zaratustra: “Si vas con mu-
de este ilustrado. De Rousseau siempre res”. ¿Todos los valores, Nietzsche? Él jeres no olvides el látigo”. El texto de
se dice que fue uno de los lósofos podría haber respondido: “sí, menos Nietzsche condensa un muy conocido
más igualitaristas, pero en realidad los patriarcales; esos los voy a dejar discurso en el que bajo la apariencia
legitimó la exclusión absoluta de las exactamente como están”. En Así habló de “pensamiento” y “profundidad”
mujeres de ese club tan selecto que, en Zaratustra, encontramos un capitulito no encontramos más que tópicos, lu-
palabras de Jean Paul Sartre, ha sido la que se titula De las mujeres. Otra vez
gares comunes y una super cialidad
humanidad. Ni mujeres, ni indígenas, de quinientas páginas tenemos tres
indignas de un lósofo. Independien-
ni negros. ni mujeres indígenas, ni o cuatro las mujeres. Pero no es solo temente de la verdad o la falsedad, de
mujeres negras. La humanidad, ese tener tres o cuatro páginas, no es solo la mezquindad de la re exión, ¿qué se
club tan selecto.
que seamos un capítulo o una nota
está diciendo en realidad?
Hablamos de que la losofía es el a pie de página en la losofía que se A las mujeres se nos ha negado el
amor a la sabiduría y de su vocación identi ca con el ser humano neutral principio de individualidad y se nos ha
universalista. Rousseau escribe una que es el varón, no. Es lo que se dice en convertido en las idénticas, en expresión
muy conocida obra, El Emilio, con la ese capitulito.
de Celia Amorós. En las heterodesigna-
“
que va a fundar la pedagogía moderna das en palabras de Amelia Valcárcel.
y explicarnos cómo hay que educar al Rebaja ontológica y epistémica que
ciudadano para una democracia parti- A las mujeres se nos legitima nuestra sagrada función de
cipativa, porque la representativa se le ha negado el principio de cuerpos, cuerpos cuidadores y sexuali-
hacía poco a este defensor de la demo- zados. La losofía es un camino denso,
individualidad y se nos ha
cracia directa. Y a través de cientos de se nos hace demasiado lento: llevamos “
convertido en las idénticas,
páginas leemos sobre la importancia décadas de crítica feminista pero nues-
de la transparencia, la verdad, la parti- en expresión de Celia tros compañeros de viaje, los lósofos,
cipación en la vida pública y política. Amorós.
los pensadores en general, ni nos leen
Pero hay un capítulo que se titula “So- ni nos escuchan; salvo excepciones
fía”. Ahora nos damos cuenta de que, como Poullain de la Barre, Condorcet,
en realidad, las mujeres no éramos las Esta es la cuestión planteada en el John Stuart Mill y Friedrich Engels
destinatarias de todos los demás capí- breve capítulo: ¿qué es la mujer para el y algunos otros pensadores igualita-
tulos, que versaban sobre seres huma- varón? “Dos cosas quiere el varón au- ristas. Tendrían que hacerlo, solo así
nos. Ahora aparecemos de repente y téntico: peligro y juego. El varón debe sabrían realmente a qué nos referimos
estas son las palabras de Rousseau. Le ser educado para la guerra, y la mujer, cuando hablamos del género y del
cito textualmente: “cuidarnos y hacer para la recreación del guerrero. Todo
androcentrismo. Y no tendríamos que
que nuestras vidas sean más fáciles y lo demás son tonterías”, escribe Niet- estar dando clases particulares al res-
agradables, estas son las funciones de zsche. Tonterías y bien gordas parecen pecto cada vez que nos encontramos
las mujeres en todo tiempo y lugar y sin duda las que salen de su boca, con en un debate losó co.
para lo que deben ser educadas desde la salvedad de que estas tonterías han Solo así será posible avanzar, pen-
la infancia”. Pocas veces se ha escrito contribuido a conformar el destino
sar y losofar en pie de igualdad y por
con tanta claridad y contundencia de las mujeres porque como veremos primera vez en la historia, participar
sobre los nes de un sistema de do- nos las encontramos tanto en la alta los varones y las mujeres juntos en
minación: la función de las mujeres
losofía como en la cultura popular. un nuevo proceso constituyente de la
en este mundo es “que nuestras vidas ¿A quién no le va a sonar lo que sigue? comunidad humana. Tanto simbólico
sean más fáciles y agradables”. Leed el “Los frutos demasiado dulces al gue- como material. Porque en el otro pro-
capítulo, porque no tiene desperdicio. rrero no le gustan. Por ello le gustan ceso constituyente, en el que se fun-
Si este es el “gran igualitarista”, es nor- las mujeres: amarga es incluso la más daron las democracias modernas, allá
mal que los varones no comprendan dulce de las mujeres”. Tras este batibu- por la revolución francesa, un contrato
qué queremos las mujeres. ¿De qué nos rrillo aparece el asunto del temor de los sexual encubierto precedía al contrato
quejamos si, como decía Ortega y Gas- hombres a las mujeres: “tema el varón social, un contrato en el que las muje-
set, “la mujer es feliz entregándose”? a la mujer cuando esta ama: entonces res habían sido ya pactadas como parte
Vaya cara.
ella realiza todos los sacri cios, y todo del ajuar del buen ciudadano.
Quiero convocar aquí a otro - lo demás lo considera carente de valor.
lósofo, Friedrich Nietzsche, un autor
Tema el varón cuando esta odia: pues
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