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IV Jornadas de Crisis. Visiones del feminismo
Filosofía y autoconciencia de la (mitad de) la
humanidad
Ana de Miguel
La mujer ha estado no solo excluida del saber losó co, sino designada expresamente para
otro papel: el cuidado del hombre.
Jürgen Habermas, en su de ni- sar patriarcal para pensar por nuestra jos, cuidando a sus mayores, cuidando
ción de losofía, mantiene a la manera cuenta; que necesitábamos tiempo y a sus seres dependientes. Las mujeres
hegeliana que la losofía es la autocon- espacio para re exionar, algo que siem- no han estado condenadas a la sole-
ciencia de la especie en un momento pre se nos había negado, que se nos ne- dad, han estado condenadas a cuidar a
determinado de nuestra historia. Pero gaba hasta en los conventos. Y pienso los demás. Y luego sí, tal vez cuando ya
hay que saber que tal autoconciencia en Sor Juana quemando su biblioteca, no son útiles, terminan solas, pero es
no ha sido ni es de la especie, sino de renegando de su amor al conocimiento una soledad bien distinta.
los varones. Porque cuando han sido a instancias de su confesor. Al igual Los varones en general, los ló-
los varones los que han hecho losofía que esto me lleva a recordar a Hipatya sofos en particular, han aceptado de
—y hay que decirlo así de claro—, ha de Alejandría, tratando de salvar los buen grado todos los cuidados que
sido su conciencia de la realidad, su libros del incendio de la biblioteca de
han recibido de las demás, porque si
“
conciencia de quiénes eran ellos mis- no, no hubieran tenido tanto tiempo
mos y los nes de su vida la que han para experimentar y registrar con tanto
expresado por escrito. Su conciencia de El androcentrismo de la cuidado y esmero en sus obras “la an-
quiénes eran ellos mismos en un mun- losofía clásica y a menudo gustia existencial” de quien ha hecho
do en que la otra mitad de la especie contemporánea consiste en de sí mismo el centro de la existencia.
quedaba borrada y como lo no pensado. humana. Y ahora quiero añadir que
solapar el concepto de ser “
En esto consiste el androcentrismo de he aprendido –y mucho– de estos
la losofía clásica y a menudo contem- humano con el de varón.
lósofos y que es por ello por lo que
poránea: en solapar el concepto de ser hoy puedo decir que su losofía está
humano con el de varón. Cuando se no solo determinada por su momento
dice “el hombre”, en realidad se piensa histórico, económico, social; lo está y
“el varón”. Al igual que en la religión Alejandría; y luego asesinada por su muy decisivamente por el hecho de ser
cuando se piensa “Dios” se piensa un amor a la losofía. Virginia Woolf varones, de vivir en un mundo en que
varón con barba y cierta edad. Por eso también escribió que los varones ha- esa circunstancia biológica les situaba
encontramos tantas obras de pensa- bían convertido a las mujeres en un ontológicamente por encima de todas
miento o historia en que, de repente, espejo en el que se veían re ejados al las mujeres. No solo no se lo cuestio-
aparece un capítulo –corto–, sobre “la doble de su tamaño real: más jóvenes, naron –como lósofos que eran tenían
mujer”. Pero repárese que el resto del más guapos, más inteligentes, más el deber de cuestionarse–, sino que
libro no era sobre “los varones”; era honrados de lo que son. Por eso su contribuyeron con fervor a legitimar la
sobre los seres humanos. Y esta iden- autoconciencia está un tanto deforma- desigualdad sexual.
ti cación “seres humanos=varones”, da. Y por eso la losofía como auto- Si las mujeres no hemos hecho
“mujeres=sexo femenino de la especie conciencia de la especie también. Por losofía, y no la hemos hecho hasta
humana” es lo que una losofía ver- poner un ejemplo, releyendo a algunos tiempos muy recientes, es porque se
daderamente losó ca, universal, no grandes lósofos y sus escritos sobre nos ha excluido de forma sistemática
puede continuar tolerando.
que el ser humano está “condenado a y rigurosa del acceso al conocimiento
Virginia Woolf, que es una es- la soledad y la angustia de la incomu- y a la re exión sobre quiénes somos,
critora muy lósofa, supo ver dos nicación humana”, hace ya tiempo de dónde venimos y a dónde vamos.
cuestiones importantes a este respecto. que me resultan poco universales sus Quiero recordar aquí y ahora cómo
Dijo que las mujeres, para empezar, egocéntricas re exiones. Cada vez me han legitimado nuestra exclusión de
necesitábamos una habitación propia, siento más tentada a pensar qué sole- la vida pública y nuestra condición
es decir, separarnos de la forma de pen-
dad habrían sentido cuidando a sus hi-
natural para dedicarnos a su cuidado
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