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Jesús Ezquerra y Fernando Aínsa
Pascual Aguelo y José Luis Rodríguez
Organizadas por Crisis y el co- Mesa I: “Identidad y religión, territorio, símbolos. Todo
lectivo Rif-Raf de la Universidad de Multiculturalismo” (modera sistema identitario ya no será nunca
Zaragoza, los días 22, 23 y 24 de sep- Sergio Gómez; intervienen puro; ya es “poroso”. La mismidad se
tiembre de 2014 en el salón de actos Pascual Aguelo, Fernando comparte: es osmótica e intercam-
de la Biblioteca de Aragón se cele- Aínsa, Jesús Ezquerra y José biable. Lo extranjero es hoy también
braron unas jornadas sobre Deman- Luis Rodríguez).
elemento de cada identidad: está
das de identidad que se desarrollaron Sergio Gómez plantea la cues- dentro. Por tanto, más nos vale aban-
a través de tres mesas redondas. La tión de si las nociones de identidad
donar el miedo a la multiculturalidad
primera mesa estuvo dedicada a la y multiculturalismo son o no con- y aceptar la tendencia al mosaico
“Identidad y Multiculturalismo”; la tradictorias; si en realidad no somos cultural renegociando una parte de la
segunda a “La Europa de las identi- más que una suma irremediable de identidad y reconstruyendo la memo-
dades” y la última a “La identidad identidades abocadas por el conlicto ria y la experiencia desde una visión
nacional”.
a veces latente, a veces explícito; sien- irreversiblemente multifocal.
Si hay un mito moderno en do la meta de la unidad identitaria Jesús Ezquerra se remonta al
boga, ese es el de la identidad. In- una ilusión bajo la máscara de la glo- mito de Dionisos, el viejo dios griego,
dividuos, colectivos, naciones per- balización.
para evocar el hecho de que el miedo
siguen ser reconocidos como tales, José Luis Rodríguez distingue al extraño, la aversión al extranjero no
encontrar su identidad. Para ello entre un sustrato común genérico,
es más que el intento de exclusividad
parece lógico perilar las fronteras de de especie, que trasciende a las in- tan vano como ruin que precipita la
qué es lo propio y de qué es lo ajeno. dividualidades, y las identidades de tragedia y la autodestrucción. Penteo,
Ahora bien, este deseo ¿debe ser los individuos de la especie, de ele- rey de Tebas, siendo primo de Dio-
siempre a costa de remarcar la di- mentos variados ininitos. Desde este nisos, trata a este como extranjero,
ferencia, de incrementar la otredad? punto de vista hay que decir que las negando su deidad y prohibiendo
¿Hay o no espacio para las posibili- comunidades esconden en realidad su culto. Las bacantes de Dionisos
dades de integración?
una “icción de unidad”. Por ello hay —confundiéndolo con un animal —
La sensación inal de las jor- que aceptar las diferencias culturales, desmembrarán inalmente a Penteo
nadas fue, sin duda, la de que está- algunas de las cuales reconoce inasi- en el bosque, restableciendo el equili-
bamos ante un tema complejo con milables entre sí. La pauta del mul- brio. El error de Penteo es no aceptar
múltiples caras y múltiples miradas; ticulturalismo funcionaría no solo al otro, no reconocerse en el diferente,
pero que va a ser clave, igual que el como proyecto social o político; sino no comprender que la conciencia
problema medioambiental, para la también como un límite en aras de
está fuera de nosotros mismos, como
evolución de la humanidad en el la convivencia: que las diferencias no decía Sartre, y que estamos habitados
próximo siglo XXII. Y de momento sean excluyentes, que se respeten.
por lo otro (San Agustín, Freud, Rim-
en nuestro siglo nos toca ya buscar Para Fernando Aínsa estamos baud.) El miedo al otro no es otra
los enfoques de paz y convivencia ante un cambio de época: hay un cosa que el miedo interno a nosotros
que reduzcan la conlictividad al desmoronamiento del metaconcepto mismos, a la condición humana.
mínimo posible.
pueblo y sus frágiles bases: raíces,
Pascual Aguelo esgrime los
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