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éxito o fracaso condicionan al sujeto que nuestras actitudes no siempre es una desgraciada constatación de
de tal manera que los fracasados son son las exigibles. Si recordáramos los la situación. Fracaso sin paliativos es
los neoapestados y los exitosos, los
fracasos reseñables, encontraríamos que la verdad haya dejado de tener
neodioses del Olimpo. Todo vale, pues, que hubo intrépidos que se enfrenta- sentido, o la justicia, o el ideal, o la
para estar en el bando divino, natu- ron a las circunstancias con determi- decencia, o la moral, o la ética. Hace
ralmente y, ¡ay, del que fracase!, por-
nación y deberían ser tenidos como crujir los dientes escuchar los mismos
que su estigma será maldito. Parece vencedores, haciendo bueno el dicho: eslóganes a unos tipos que se ríen de
que ha desaparecido la fe en los me- “Hay derrotas triunfales a las que en- nosotros a la cara mientras cuentan
dios, en los métodos. La cuestión es
vidian algunas victorias”. ¿Le importa las excelencias de sus actos. Indigna
resistir. Resistir a toda costa, cueste lo a“alguien recordar a los perdedores?
ver cómo van cayendo los tótems que
que cueste y miéntase lo que se mien- hacían de faro en las mazmorras de la
ta. Dado que el ganador es el único
Nuestros fracasos progresía. Asusta la indefensión ante
valorado y recordado, el in se ha con- la injusticia que se retroalimenta con “
domésticos nos domestican,
vertido en bien supremo y los medios unas víctimas que no cuentan con
algo que podemos manejar a nuestra el fracaso social nos aleja de
contactos. Horrorizan las decisiones
conveniencia; todo por vencer bajo
la Razón.
que condenan a la pobreza a millones
el lema ramplón de “el último paga”. de personas para hacer indecentemen-
Si aceptamos que una persona es te ricos a unos pocos. Angustia el equi-
mucho más que sus conductas y sus Creo que a la mayoría, no. Sin embar- librio de un sistema que sólo vela por
decisiones, estas no pueden darnos go, el fracaso se ha convertido en nego- sus elegidos y desprecia a los dirigidos.
su valor como ser humano porque cio para aquella legión de motivadores Sobrecoge la indiferencia de los nue-
tanto el éxito como el fracaso son sólo personales, expertos en superación de vos triunfadores ante la miseria de los
resultados circunstanciales. La ten- castas, perfeccionadores del espíritu y perdedores. Atonta los sentidos tanto
dencia suicida del éxito permanente chamanes de club de marketing que se sinsentido que se autoproclama faro
podrá destruir nuestra civilización han lanzado al ruedo para cantarnos de occidente. Sorprende la rapidez
porque anteponer los ines a los al oído que hasta de las desgracias se con que toma la pasta y huye todo hijo
medios es una perversión que des- pueden sacar ventajas. Hablaba de de vecino con posibilidad de paraísos
graciadamente respiramos como algo cuántas frases se han pronunciado y iscales.
habitual. Habrán notado la ironía del se le atribuye a Churchill aquella de Da igual, entiéndalo, da igual que
inicio de esta relexión y les pido per- que el éxito es aprender a ir de fracaso en el fracaso sea una opción. Dan igual
dón por ella ¡Qué más quisiera yo que fracaso, pero no he podido encontrar las razones de no ganar. La falta de
ser ciudadano de una Arcadia feliz! ninguna de algún fracasado declarado, conianza, de constancia, de prepara-
Toca presenciar la indecencia de las esto es, de los que no han superado el ción, de planiicación, de experiencia,
proclamas que rigen las reglas de con- fracaso como desgracia deinitiva, de de comunicación, de disciplina, de
ducta y tratar por todos los medios los que no levantaron cabeza a pesar voluntad, de creatividad, el conformis-
de ser víctima en la menor cuantía de no haber perdido nunca la espe- mo, la improvisación, los errores de
posible, postura que es en sí misma la ranza. Los protagonistas de su propia actuación, la escasez de recursos. Dan
esencia del fracaso. ¿Qué me queda? derrota no llevan brazalete en la man- igual los factores que llevan al fracaso.
¿Renuncia? ¿Agorismo? ¿Huida hacia ga, no importan, cuentan menos cada Da igual ser guapo o feo, listo o ton-
adelante?
vez y esta peligrosa tendencia se ha to, honrado o chanchullero. Lo que
“
convertido en un algo habitual con lo importa es no moverse para salir en
que convivir.
la foto, todo lo demás vendrá por aña-
Al grito de todo vale
Al grito de todo vale se está desar- didura. Nuestros fracasos domésticos
se está desarbolando el bolando el entramado social, nuestro nos domestican, el fracaso social nos
modo de vivir. El fracaso colectivo aleja de la Razón.
entramado social, nuestro
lota sobre nosotros como una nube Le voy a dejar a Samuel Beckett el “
modo de vivir. El fracaso
tóxica. Estamos tan ocupados en honor del epílogo, él, tan huraño, que
colectivo lota sobre nosotros medrar, en sacar partido de todo lo supo reírse como nadie de sí mismo,
como una nube tóxica.
posible, de ser adulados y reconocidos sin importarle un bledo el fracasar o
en el bar de la esquina, en ser conside- triunfar: “Todo de antes. Nada más
rados vencedores, que nos olvidamos jamás. Jamás probar. Jamás fracasar.
Aquí tenemos un fracaso exóge- del efecto endógeno del fracaso, ese Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra
no del que no se nos podría culpar, que nos humaniza y ayuda a recono- vez. Fracasa mejor”.
aunque sí en parte; somos cómplices cer los límites. Hablar del fracaso de la
necesarios y convendrán conmigo
sociedad actual no es un estereotipo,
Amén.
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