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Creación
Ángel Guinda
Colilla de la vida
Fumarse la colilla de la vida
El noqueado
sabe a poco, sabe mal:
a calcinado amargor;
Non mi stanco di dire all mio allenatore y huele a socarrina.
getta la spugna
Caladas estertóreas:
Eugenio Montale
ni fuego, ni humo, ni ceniza, nada.
Igual que sobre el yunque del crepúsculo
se moldea, a cabezazos de sol, la noche:
así la decepción por la vida
—como broma pesada o gran desfalco—
a mamporrazos de adversidad,
Cuidados intensivos
a empellones, con rabia,
va fraguando el cansancio;
Todos insisten, con retranca,
y el azadón del pesimismo en que debo cuidarme.
amolda su fosa a la esperanza, (¿De la vida o de la muerte? —dudo.)
abre el cerrojo a la claudicación.
Ellos no se descuidan nada.
Sin alarma por riesgo van tirando, alelados,
en el limbo del tedio hasta el inal.
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