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entre 1991 y el 2000. Allí publicamos reviviendo la atmósfera de mi primer serviam) fue evidente en mi libro Bo- 

en francés L’exil de la terre de Pär ñBergman en esos islotes que bordean das de Oro y gravita en lo que modes- 
ó
Lagerkvist, Premio Nobel 1951 —de éísus aguas, donde se levantan casas de tamente entiendo por poesía.
quin había leído su novela más em- áñérecreo y árboles espléndidos.
Cuando el pasado mes de julio í
ññ
blemtica, Barrabás (1950) —; una ííEn Estocolmo residían, además, tuve que ingresar al hospital para á
Antologa de poesía sueca contemporánea ñámis viejos colegas y compañeros de una intervención en el riñón derecho ó

(1981) traducida por Francisco Uriz y íñComunidad del Sur, exiliados en puse en mi maletín Textos en la nieve 

presentada en Madrid por el poeta y ÅSuecia y fundadores de la editorial de Artur Lundkvist, una completa 
editor, y por entonces senador socia- Nordan/ Comunidad donde publiqué antología de su obra, desde Brasas 
ó
lista, Carlos Barral, ante las reinas de Con acento extranjero (1984) y participé (1928) a Símbolos (1982). En mi obliga- 
é
Espaa, Sofa, y de Suecia, Silvia, y íen un par de antologías del cuento da pausada lectura hospitalaria pude 
del ministro de cultura, Javier Solana. Åuruguayo. Su promotor y alma mater, apreciar la variedad temática de su 
á
En esos aos publicamos también en Rubén Prieto, volvió a Montevideo prosa poética, sus afolirismos, su pesi- 
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francs Gheel, la ville des fous de Per al restablecerse la democracia en mismo activo, su “neurosis contesta- 
Odensten, una magnfica y original ñ1984, cuando parte de la Comunidad ria”, esa adoración de la vida por so- 
í
novela desgraciadamente ignorada en regresó gracias a la generosidad del bre todas las cosas, la “elegía” a Pablo íó
í
lengua espaola, y un libro sobre las gobierno sueco para reinstalar con Neruda, sensible biografía poética 
danzas rituales africanas —The Mask moderna maquinaria la vieja edi- del Premio Nobel que contribuyó a 

of Spring Water— de la bailarina y co- torial. En Upsala estaba Leonardo otorgar desde la Academia Sueca. 

regrafa Birgit kesson.
Rossiello, escritor también exiliado, ííMe convenció su clamor: “Dadnos 
Conocer y tratar a kesson fue con quién he restablecido contacto un sueño luminoso que nos acom- 
í
una experiencia inolvidable. Una vie- gracias a nuestra común participación pañe como una buena hermana”, ese 

jecita encantadora de ms de ochenta en Facebook. En Estocolmo el poeta íé“pasear con lentitud para no gastar 
aos, con los restos de una belleza uruguayo Hebert Abimorad, me dedi- la hermosa tarde”, ese estar “deses- 
í
que su cuerpo flexible mantena inal- cara sus libros.
óöperado como un pez en el asfalto”, 
í
terable, a la que vi un par de veces en ñpero —sobre todo— ese estar “harto 
Pars y otra en su acogedor tico de Y finalmente llega la poesía
íde verdades con pies cortados/ y no- 
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Estocolmo. Sus recuerdos africanos, Los extraos azares de la vida me óticias con pañuelos en la boca”, esa 
ñóó
del Ballet Real de Suecia, las fotos llevaron a conocer a Francisco Uriz en “finca rodeada por un muro de ce- 
donde se apreciaba su innovador es- Macao en un coloquio sobre Camoes, mento” donde “todo está permitido, 
éé
tilo, su clido sentido del humor y su organizado en vsperas de la entrega pero donde nada es posible”.
“
modestia innata, me acompaaron de la posesin portuguesa a China 
por las calles de la capital sueca que Popular en julio de 1999. Luego lo re- íá
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me hizo recorrer con paso gil en su
encontrara en Zaragoza donde decidí En la poesía sueca 
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ompaa.
vivir, pocos meses despus. A partir encontré un desgarrado y c
“de ese encuentro privilegiado empecé 
contenido existencialismo, “
a leer en profundidad la poesa sueca 
Reencontr la 
que haba editado aos antes. “Paco” una aguda y sensible mirada í
—como haba pasado a llamarlo fa- literatura sueca durante 
sobre lo cotidiano.
í
miliarmente— me fue ofreciendo los 
ólos aos en que dirig la 
libros que iba traduciendo al espaol á“
y a travs de ellos ingres a una poe- Mientras me iba convenciendo Coleccin UNESCO de Obras 

sa que me interes mucho ms que que estaba ante un gran poeta le escri- representativas entre 1991 y 

el lirismo y los excesos de la retrica b a Paco Uriz —su traductor— para el 2000.
“yoista” de otras literaturas. En la poe- contarle la circunstancia en que lo 

sa sueca encontr un desgarrado y estaba leyendo. Compadecido por mi 
ú
contenido existencialismo, una aguda devocin por la poesía sueca en esas Visitar Estocolmo era el comple- 
y sensible mirada sobre lo cotidiano, delicadas circunstancias, me invitó a mento que me faltaba. Me atrevera a 

lo sencillo trascendido en versos que participar en este nmero de Crisis. Y decir que es una de las capitales euro- 

me permearon osmticamente en aqu estamos —en Oliete, Teruel, a la peas ms hermosas, especialmente si 
mi incipiente vocacin de poeta. Mi sombra de un laurel— hablando de se visita en verano, cuando los das se 

deuda con Henrik Nordbrandt y su mis viejos amores por Bergman y los prolongan, interminables, en noches 

excelente Nuestro amor es como Bizan- recientes por los poetas suecos con- brevsimas. He estado un par de veces 
cio, Lasse Sderberg, Kjell Espmark temporneos.
en la buena estacin y con tiempo 

(Voces sin tumba), Gunnar Ekelf (Non
Oliete, agosto 2014.
asoleado, una verdadera bendicin,


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