Page 29 - Crisis19
P. 29




 
ñ
éíéí


á




éñ

é


í



íóéá


í
á

íé








í
ñ



é


í

áéí

ú

Resistencia acutica (Eugenio Mateo)




Llegados hasta aqu, esta ma- situaciones domsticas, laborales, éejemplo se fabrican adhesiones. Se 
ana he resistido el impulso irrefre- profesionales, afectivas, personales, diseñan valores fieles a intereses. 

nable de echarme a la calle. Tena yo imprevistas. En el tejido del tiempo éáSustentar el tinglado como opción 
á
ganas de decirle al aire cuatro cosas. en el que cada cual estampa su ex de alienación. Puestos donde nos 
Me lo pens mejor viendo la tele. No libris, resistir su paso es la primera corresponde, desde el ras del suelo 

s cuntos cataclismos se nos ve- a“ctitud. Viene luego todo lo dems.
las cosas se ven diferentes. Nos lan- 

nan encima; me decidi tambin el zamos a la calle tras los batallones 
temporal que llegaba con nombre de de anónimos flamantes, desco- á
Nos encontraremos con 
mujer: Filomena. Total, que me que- nocedores de las consecuencias a “

la dicotoma de resistir para 
d en casa a resistir, pero no recuer- ultranza, habitantes conspicuos de 
do frente a qu. S que recuerdo que vivir o de vivir para resistir
distinta naturaleza que, al fin y al 

tuve que resistir varias tentaciones, cabo, son sólo carne de cañón pre- 

todas culinarias, y acab metiendo destinada. Habitamos barricadas 
mano al bote de los cacahuetes que, decoradas por Don Sofá, por Ikea

ú
por cierto, saladitos estn de muerte. As, nos convertimos en hroes y por Le Corbusier, todo depende 

No es lo mismo comer manises que vulgares a los que no asiste la pica. del cash flow, y hay cierta diferencia 
perdices, naturalmente, pero ejer- Es una resistencia sorda, no menos en la manera de resistir los obuses: 

citar la resistencia empieza por las feroz, que debera ser contada en
unos, desde su bnker; otros, en

ó
cosas pequeas, que ya habr tiempo el celuloide, pero, claro, no hay set su dormitorio de sacos terreros, los 
para las grandes; tarde o tempra-
de rodaje para cada vida, y no nos ms, desprotegidos bajo el fuego, 

no, nos alcanzan. Durante un solo engaemos, lo comn nunca ha pero todos derrochando energía 

da de nuestra vida es increble la importado salvo para los protago- para hacer de su resistencia vital 
cantidad de ocasiones en las que se nistas involuntarios. Vende ms un objetivo. La suerte que depare a 

hace necesario resistir. Recordamos
fabricar hroes de pacotilla. Con su
cada uno ya es otra cuestin.



29


   27   28   29   30   31