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El título de la canción —hecha El siglo maldito. Clima, guerras y ca- que cuando abrazamos a nuestro 

viral— del Dúo Dinámico que no áítástrofes en el siglo XVII (2013).
ser más querido, en realidad es- 
hace mucho cantábamos a coro en áá
íTal vez por eso o tal vez in- tamos abrazando a un perfecto 
ventanas y balcones durante la pri- óúfluidos por una atávica visión mi- entramado de microbios, eso sí, 
éé
mera ola del Covid-19 para mostrar álitarista, hay quienes suelen usar
tan entrañables que son como de la 
nuestra gratitud a sanitarios y tra- 
íóla metáfora bélica para referirse al f“amilia.

bajadoras esenciales quería expresar coronavirus como un peligroso ene- 
ó
un bello deseo: plantar cara a una migo que está destrozando nuestra “

enfermedad originada por un virus óTodos jugamos un 
sociedad y al que hay que aniquilar. 
de gran letalidad. Pero más allá de Discurso pretendidamente útil para doble papel: el de parásitos 

ese heroico gesto de rebelión, todos ácohesionar a la población tras sus y parasitados

sabamos que cada día miles de víc- ólíderes políticos, pero absolutamen- 

timas caeran inmoladas en el altar íte pueril y que, en muchas ocasio- 

de este inslito mini-minotauro que nes, solo esconde la falta de res- Ni tiene el propósito de des- 
tan alto peaje en vidas y desgracias áponsabilidad de los encargados de 
ámantelar nuestras sociedades, ni 
se viene cobrando desde que se pre- prevenir primero y controlar des- somos para él su enemigo, ni tam- 

s“ent.
pués la extensión de los contagios; poco vamos a conseguir que desa- 
écosas ambas que, no sin sacrificios, parezca. El covid-19, cuando infec- 

sí están en nuestras manos.
ta, solo aspira, como cualquier otro “ 
Las epidemias no se 
Según el divulgador científico íóorganismo de la naturaleza, a so- 
han ido, siguen existiendo y inglés Carl Zimmer, en la Tierra brevivir y a reproducirse con éxito, 

existirn
podría haber diez quintillones de ípues necesita alojarse en una célula 
é
virus, esto es, más que estrellas en íípara ello. Y bien, ¿qué hace el resto 
el universo entero. Con un diáme- de los seres vivos? Consumir igual- 
ñ
La pandemia que hoy sufrimos tro promedio de 100 nanómetros ámente los cuerpos, los tejidos, las 

nos ha aleccionado de nuevo—¡qu cada uno, puestos uno tras otro se células de otros seres, para sobrevi- 
frgil es la memoria!—al menos en formara una columna que medi- vir y reproducirse. Y los humanos 

tres cosas: que las epidemias no se ra 200 millones de años luz en el í¿no disponemos de extensos culti- 

han ido, siguen existiendo y existi- espacio. En la cabeza de un alfiler íívos vegetales para fines industriales 
rn; que no son solo un asunto pro- podran caber treinta millones de y de macro-instalaciones donde 

pio del empobrecido tercer mundo, ellos. Lo cierto es que los virus, así sacrificamos a millones de otros 

tambin afectan a los pases desa- como las bacterias, son parte de la óíanimales a diario para garantizar 
rrollados; que los agentes ms mor- naturaleza; existen mucho antes con su ingesta nuestra superviven- 

tferos conocidos histricamente que nosotros, convivimos con ellos ócia? Desde un punto de vista estric- 

han resultado ser no grandes armas y dominan el mundo de lo biolgi- tamente biológico, ¿qué diferencia 
de destruccin masiva, sino unos camente invisible al ojo humano.
de comportamiento existe entre los 

minsculos patgenos que de cuan- Y, aunque todava poco conoci- virus y los organismos no micros- 

do en cuando penetran en nuestros dos, son viejos invitados nuestros. cópicos? De alguna manera, en el 
cuerpos para hospedarse en nues- Como recuerda el microbilogo ciclo medioambiental y la cadena ó
í
tras clulas y poder replicarse.
Edgardo Moreno, nuestro cuerpo trfica todos jugamos un doble pa- 

A lo largo de la historia de
contiene ms microorganismos pel: el de parásitos y parasitados.

la humanidad, los virus y bacte- que clulas propias. En un indivi- R. Dawkins hablaba del «gen é

rias han matado a ms gente que duo habitan unos 48 billones de egosta», del interés de los genes en 

todas las guerras juntas. Es ms, bacterias y 60 billones de virus.
sobrevivir, lo que implica fagocitar 
normalmente en las guerras, tanto Sin embargo, pese a su mala fama, y no ser fagocitado. Los animales 

antiguas como modernas, mueren la amplsima mayora de ellos son han desarrollado diversas estrate- 

ms individuos de las secuelas pro- beneficiosos o inocuos para nuestra gias de defensa pasiva frente a sus 
ducidas por las infecciones y enfer- salud. Combaten a otras bacterias adversarios predadores: miembros 

medades derivadas de las penurias o virus dainos; conforman los dos veloces para huir, gigantismo cal- 

y condiciones insalubres causadas kilogramos de nuestro paquete de culado para evitar ser presa, cora- 
por la guerra que por consecuencia microbiota individual, tan impres- zas epidrmicas, venenos, olores 

directa de los proyectiles y balas cindible para el sistema inmuno- irritantes, camuflajes... La vida 
á
que se disparan en las batallas. lgico que sin ella no podramos responde a un complejo equili- 
Muy ilustrativa de ello resulta la sobrevivir, y hasta el 8% de nuestro brio. La especie humana hoy est 

lectura del libro de Geoffrey Parker
ADN es materia vrica. De modo
quebrando ese equilibrio. Evolu-



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