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sión en su sentido literal, pues el po fue imponiendo sus sedimen- de Vicky Méndiz, las imágenes del
artista obtiene de la naturaleza sus átos. Las diferentes generaciones
conflicto de Gaza de la correspon-
materiales primigenios que luego áñ
áse sucedieron en esta casa hasta la sal de guerra Maysun Abu- kdheir,
transforma en un proceso casi cha- llegada del artista y su familia. Con la pieza cómica de las actrices Ma-
áá
mnico, donde la raíz y el tronco íla complicidad de su hija ha hecho rissa Nolla, Nuria Herreros y Rosa
del rbol lo ocupan todo y lo dotan
de este espacio una galería de arte
Lasierra, las presentaciones de li-
de nuevos significados.
íy un taller para trabajar en sole- bros de poesía de Manuel Martínez
Á
ódad y silencio, ingredientes que le Forega e Inés Ramón, el recital de
El arte povera, la escuela de la íproporciona este pueblo que pese a
íÁngel Guinda, Maribel Hernández
tierra.
las apariencias no está vacío: sigue del Rincón, las charlas amistosas
ó
Miguel ngel Domínguez es úenhiesto el pino carrasco centena- con la editora Trinidad Ruiz Mar-
atento discpulo del arte povera que írio, la abubilla visita en su vuelo
ácellán, el concierto de Ángel Petis-
ve en la tierra, la piedra o la hojaras- ímigratorio el campanario cuyo me, la guitarra flamenca de Borja
ca la base y sentido ltimo de una ítañido imprime banda sonora al Cortés... dejando en el tintero, y
obra en construccin permanente.
ójardín, vergel testigo de reuniones
con su permiso, a muchos otros
As en su taller los rboles óde artistas y amigos al amparo de artistas por mencionar y cuya obra
ñ
devenidos en materia artstica se la torre mudéjar de la Iglesia de la forma parte ya de esta bella tradi-
transfiguran dentro de las salas que áAsunción. Así pues, podemos afir- ción veraniega.
desembocan en los caminos por mar que esta localidad pertenecien- El espacio termina en un jardín
donde el artista pasa siempre con su te a esa llamada España vaciada interior, como hemos señalado, que
saco, ojo avizor, recolector de mate- está llena de plenitud y naturaleza óha presenciado encuentros que se
íáí
ria orgnica o de arenisca. El artista desbordante.
íprolongan hasta entrada la noche,
ó
recubre el lienzo de sus cuadros amenizados con vino de la tierra,
abstractos en una suerte de ritual, Espacio Huecha, entre el sueño el olor a hierbaluisa y la cómplice
fabricando sus propios pigmentos o y la amistad.
émirada de una montaña mágica
realizando instalaciones donde los En este escenario y con esta que podemos ver desde la última
objetos rurales y cotidianos, aperos idea surge el Espacio Huecha, no planta de la casa, el Moncayo.
éé
de labranza, ruedas, en definitiva, solo lugar de conservación y ex- Más sanjuanadas habrán de
í
elementos en desuso, adquieren otra posicin de la obra de Domínguez áécelebrarse en estos muros, más
realidad funcional.
sino tambin galera de arte para ííópoetas y artistas serán invitados,
“albergar las propuestas de otros y más complicidad, arte y risas harán
otras artistas. Siempre es la amis- de este espacio una propuesta que
Con la complicidad tad y la vivencia sincera y pura,
Ámientras exista no permitirá la ago-
ó
de su hija ha hecho de este sin mediar inters mercantilista ánía de un pueblo.
alguno lo que mueve las jornadas Miguel Ángel Domínguez, “
espacio una galera de arte culturales que se viven en Espacio alma de Espacio Huecha, que es un
y un taller para trabajar en Huecha, generalmente en periodo sueño hecho realidad, entiende que
soledad y silencio
estival. Por esta galera o sala de la ciudad nos ha desconectado de í
intercambio cultural han pasado nuestra raíz y propone una vuelta
veteranas figuras del panorama a una relación primitiva con la na- í
La necesidad de tener un habi- artstico aragons, as como jve- turaleza. El entorno rural se erige úí
tculo espacioso donde preservar nes creadores, adems de figuras
como estandarte de una reflexión
su obra le llev a reformar, como de mbito internacional. Solo por ntima y sin distracciones. Al final é
sealbamos, esta casa en la que mencionar algunos citaremos el todo adquiere un carácter esencial,
las vigas de madera, los muros de paso de Mariano Ans, Nelson Vi- la esencia se traduce en un ambien-
piedra que guardan el frescor, la llalobos, Paco Rallo, Antonio Asen- te donde el proceso artístico se ali-
pared de papel pintado con las ms sio, las instalaciones de Ricardo menta y fluye sereno. Y en última í
curiosas chineras decimonnicas, Calero y Gema Ruprez, la muestra instancia ese ambiente rural, ese
ó
han guardado el legado de otros pstuma de Vicente Pascual Ro- jardn, los bosques cercanos del
moradores. Cuando Domnguez drigo o Carlos Ochoa del grupo Sistema Ibrico, la ra y sus huer-
iniciaba la reforma en el pequeo artstico de los 70, Algarada, la re- tos actan como catarsis y fuente
pueblo de su infancia, encontr trospectiva del mencionado grupo constante de inspiracin y tornan
antiguas pertenencias, relicarios de con Vicente Villarrocha, Carmelo en jardn interior al que asomar los
santo, cuadernos escolares, zapatos Caneiro y el propio Miguel ngel ojos de la conciencia y la experien-
infantiles ya vacos donde el tiem-
Domnguez, la muestra fotogrfica
cia creadora.
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