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que utiliza la expresión “mujer em- embajadora de un territorio perifé- Las palabras describen un
blemática”, o la caracteriza como rico que ella misma había elegido. estado. Las palabras sirven para
“la primera dama de las letras ame- La Navales docente, primero en la indicar lo que existe: no hay du-
ricanas”. Pero esa denominación Universidad, como profesora de da. Solo existe lo que se nombra
como escritoras, como autoras, Literatura Hispanoamericana, y y Navales, férrea buscadora de
como poetas, es más que su ciente después con los jóvenes, transmi- términos, no nombró actitudes y
sin tener que recurrir a cuestiones tiéndoles su pasión por la literatu- posiciones que ella misma llevaba
de género.
ra. La Navales poeta y alentadora a cabo diariamente. El camino que
Dos años después, con Los de otros poetas. La autora que cul- ella, como otras mujeres, como la
senderos se bifurcan, se seleccionan tivó la poesía, el ensayo, la crítica, propia sociedad española, tuvo
algunos artículos, entrevistas y la novela y el relato. Dos de las más que recorrer, teniendo como pun-
re exiones sobre escritores hispa- señeras antologías literarias, de to de partida el relato de aquellas
noamericanos del XX. El primero poetas y de narradores aragoneses, mujeres de orden que aparecían en
de los textos data de 1970. De los se las debemos a ella. Fue editora las páginas de Amanecer, ha sido
algo más de cuarenta nombres,
de la revista Proa, participó en Al- largo y costoso, pero sin la gura
un tercio son mujeres. Borges, baida y estuvo presente en Turia.
de mujeres como Navales habría
“
Carpentier, Onetti, Fuentes o resultado imposible. ¿Somos por
Bolaño tienen el mismo espacio tanto nosotras las mujeres moder-
que Lydia Cabrera, Nivaria Tejera, nas? ¿Somos las hijas de aquellas Cada uno tiene una
Isabel Allende, Cristina Peri Ros- muchachas de servicio, de aquellas determinada manera
si o Susana Constante. En aquel que integraron la primera tuna
de interpretar la vida y
momento había un soterrado boom mixta, de aquellas que por ir a la
hispanoamericano, protagonizado, Universidad tenían más temas de la mía no es recrearme
esta vez, por mujeres. Si el nú- conversación y que por eso mismo
en lo pequeño (.), sino
mero es un dato, también lo es el no encontraban marido? Somos, “
mostrar por qué me siento
tratamiento que de esto se realiza. efectivamente, nosotras las que
En un artículo de 2002, dedicado
hemos encontrado las palabras que disconforme con la sociedad
a Willy O. Muñoz, catedrático
Navales no manejó y que gracias a de la que formo parte
en Kent, autor de una antología
ella podemos utilizar.
de autoras hispanoamericanas,
analiza, como un hecho probado, Revisando sus ensayos, busco
que las escritoras han sido exclui- términos como sororidad y no lo
das tanto de las antologías como encuentro. Pero sí que encuentro
de textos de la literatura de sus una suerte de solidaridad cada vez
respectivos países, creando una que cita a las autoras que le han
polifónica marginalidad. Navales enseñado algo, cada vez que se
apostilla: “. asoma una mirada identi ca con Woolf, con Sinués o
próxima al feminismo que todavía con Always. También la encuentro
resulta insólita en un hombre den- cuando se hace eco y cede el testigo
tro del panorama de los estudios a nuevas voces como Medel. No
universitarios, donde esos temas encuentro empoderamiento, pero
relativos a la mujer suelen ser tra- recuerdo su posición ante las cuo-
tados por congéneres”. Evidente- tas y su presencia durante años
mente el artículo apareció bajo el como única mujer en el Premio de
título “El profesor feminista”.
la Crítica, y recuerdo una fotogra-
La Navales periodista se bregó fía donde solo había una falda a
en su juventud en las páginas de cuadros, en una sucesión de trajes
Amanecer y no dejó de escribir su grises, envueltos por el humo de
columna semanal en Heraldo de muchos cigarrillos. La pregunta es
Aragón. La Navales, ganadora de si la sociedad podría haber llegado
premios literarios y posteriormen- a estos términos, a este estado de
te miembro de jurados nacionales, la cuestión, si no hubiésemos con-
como una solitaria representante tado con ese tipo de ejemplos, con
de una opinión femenina durante esta forma de afrontar el estudio
aquellos años, siempre relegada y
de nuestras congéneres.
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