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manera tan idedigna: esas imágenes paisaje con detenimiento puede ser Pero el recurso más importante

debían su apariencia a la operativa muy gratiicador gracias a la cantidad de todos para encauzar el sentido de
del dispositivo fotográico, a las con- y calidad del detalle con que puede
la obra es el título. Toda obra de arte,
diciones de su fabricación y a las con- reproducirse lo real del territorio, en toda fotografía, lo lleva, la deine y aun

tingencias que impusiera la geografía. este caso. El observador puede alcan- es capaz de conferirle ese carácter enig-
No cabían concesiones a las prescrip- zar la conciencia de un exceso que
mático que acrecienta enormemente
ciones de la estética.
jamás será capaz de abarcar, como sus posibilidades expresivas. Nos

La belleza de las fotografías de tampoco pudo hacerlo el fotógrafo. asegura una apoyatura que nos guía
paisaje y, sobre todo, de las primeras Cada vez que se observa detenida-
para discernir el sentido de la obra,
fotografías de alta montaña, proviene mente una fotografía de paisaje pue- nos espolea el ingenio para encontrar

de su interés por cumplir con la parte den encontrarse nuevos elementos su signiicado más profundo. Y cuan-
de verdad del encargo de la ciencia, lo dignos de atención; eso forma parte do reza, Sin título, todavía queda más

que de resultas engendró una nueva de ese juego secreto que cada fotogra- patente su condición y refuerza a con-

estética.
f“ía guarda celosamente para sí.
trario su carácter expresivo. Lo mismo
Ahora quiero detenerme en sucede cuando no existe título alguno.

cómo creo que miramos la fotografía El pie de foto puede confundir-
El discurso artístico
de paisaje, para lo que me ceñiré a su se con el título y muchos artistas lo
presentación en formato expositivo, necesita ineludiblemente consideran inseparable de la obra

pues en él la historia que cuenta se controlar la inconmensurable que, además, puede llevar título. En

le aparece al observador en dos fases densidad semántica de la la prensa es imprescindible y es un
sucesivas claramente deinidas.
procedimiento expeditivo para ijar
imagen fotográica para que “
La primera, cuando la imagen el signiicado de la imagen, pero en

en su conjunto llama su atención. Su su inagotable polisemia no el arte amplía su importancia pues
interés es tributario de su presenta- no solo se lee, sino que adquiere una
nos vele su signiicado
ción formal, de la composición, de fuerza visual que no tiene en las pu-

la disposición del claroscuro, de la blicaciones periódicas.
distribución y calidad del color y del Ahora bien, todo esto es un serio Otros textos descriptivos, docu-

formato y tamaño de esa fotografía.
problema para el artista cuando quie- mentales, literarios, ayudan a narrar

La segunda, cuando algo, que no re transmitir una idea y dotar de un la historia y se comprometen con su
se sabe bien qué, lo que Roland Bar- sentido preciso a sus fotografías. El signiicado. Si se escriben directa-

thes denominaba punctum4, reclama discurso artístico necesita ineludible- mente sobre la fotografía o se super-

la curiosidad del observador y este se mente controlar la inconmensurable ponen a ella mediante serigrafía o
acerca como una lecha atraído hacia densidad semántica de la imagen transferencia, su presencia impone su

la supericie de la imagen para com- fotográica para que su inagotable lectura; por el contrario, si se dispo-

prender qué es lo que tanto le pertur- polisemia no nos vele su signiica- nen asistiéndola desde sus márgenes,
ba. Y es ahí donde surge ese diálogo do. No hay que hacerse demasiadas aunque ya no obliguen tan peren-

interior que despierta la historia que ilusiones. Siempre, cada observador toriamente al visitante, esos textos

cuenta la fotografía.
hallará, compondrá, su propia histo- están ahí, y yo los he aplicado todos
A partir de entonces su mirada ria, la que la imagen despierte en sus según conviniera en cada caso. Los

recorre sin descanso la fotografía, se adentros.
recursos textuales expanden el senti-

detiene cada vez que algo le choca,
En cualquier caso, se dispone
do de una fotografía o de un conjunto
la observa minuciosamente y, poco a de variados recursos para limitar el de fotografías mucho más allá de lo

poco, alora el cuento. Las fotografías desvarío y voy a citar los que suelo que la sola imagen pudiera sugerir,

de paisaje podrían disfrutarse estu- emplear más a menudo. Aparte de las y desde sus respectivas posiciones
diándolas con el espíritu y la lupa de características formales de la obra, de conceptuales, crean nuevos sentidos

un Sherlock Holmes. Ese deambular su disposición en el espacio expositi- para ambos, para la imagen y para el

de la mirada sería análogo a la anda- vo o en una publicación, creo que los texto. Liberan la imaginación, la del
dura del fotógrafo por el territorio, más importantes son los textuales.
observador y la del artista.

caminata desinteresada que le faculta Un caso especial son las mencio- Así pues, la historia que cuentan

para convertirlo en paisaje.
nes escritas que aparecen en la foto- las fotografías de paisaje es un relato
Escudriñar una fotografía de
grafía como elemento constitutivo de de la ciencia y del arte, en cuya capa-

la imagen determinando su signii- cidad evocativa participan la técnica,

BARTHES, Roland: La cámara lúcida. cado desde su interior. Ejemplos hay el fotógrafo, la geografía y el texto.
4 muchos y Walker Evans lo utilizaba
Nota sobre la fotografía. Paidós Comunica-
ción. Barcelona 2009.
profusamente.
Ortilla, 8 de octubre de 2018

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