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Tiempo de utopías


La utopía y el cine



Fernando Gracia



Una grata muestra de la presencia de la utopía en el cine.








































Película/Proyector/Proyector de cine (Gerald Altman)



Thomas More, nombrado en  nalmente canonizado junto a John Bien pensado, puede venir a 

nuestra lengua Tomás Moro, legó
Fischer, ya entrado el siglo XX.
signi car que nos gusta mentirnos 
a la posteridad la palabra utopía al La película ganó nada menos a nosotros mismos en aras de poder 

llamar así a su obra sobre una so- que seis óscar y llevó la  rma de Fred sobrevivir a realidades más prosai- 

ciedad ideal que situaba en un país Zinnemann, el de Solo ante el peligro. cas, más tristes o más dolorosas. E 
imaginario llamado de esa forma. Ahora que lo pienso, este título que igual que nosotros podemos tener 

No sé si son muchos los que la han se le adjudicó en España a la famosa esas ideas o esos deseos. utópicos, 

leído, con eso que yo nunca lo hice, película con Gary Cooper también le también el cine ha acostumbrado a 
pero sí que supe del personaje a raíz habría sentado bien a la historia del moverse en esos terrenos desde sus 

del estreno en la década de los seten- enfrentamiento entre pensador y rey, comienzos.

ta de una película sobre su vida, Un ya que a la postre así se quedó el bue- No recuerdo que nadie haya 
hombre para la eternidad.
no de Moro, bien solo.
denominado como “cine utópico” o 

Pero en aquella película no se La palabra “utopía” hace tiempo “cine de la utopía” a ningún géne- 

incidía en exceso sobre esa obra litera- que se utiliza en el léxico habitual de ro o subgénero, pero películas que 
ria, sino en el enfrentamiento religio- la ciudadanía. Quien más quien me- hayan tratado del asunto ha habido 

so e ideológico nada menos que con nos tiene una idea bastante aproxi- unas cuantas, y según queramos 

su rey, Enrique VIII, lo que le llevaría mada de lo que signi ca, y en la vida abrir más o menos la mano incluso 
al patíbulo y a ser considerado por cotidiana con frecuencia nos referi- muchísimas. Porque, ¿no es acaso 

los católicos –los papistas– como
mos a pensamientos e ideas tenidos la ciencia  cción otra cosa que cine 

un mártir, hasta el extremo de ser por utópicos, que nos gustaría que se sobre utopías? Claro que mucho de 
beati cado junto a unos cuantos más cumplieran pero que sabemos que es este cine se limita a monstruitos y 

que no reblaron ante el monarca, y
harto difícil que esto ocurra.
otros recursos infantiles, pero cuan-


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