Page 11 - Crisis_07
P. 11



Fracaso


Dos sonados fracasos amorosos



José H. Polo



Cyrano de Bergerac, de Rostand, y Noches blancas, de Dostoievsky son dos sonados fracasos 

amorosos cuyo último instante y un beso perdido pueden convertirlos en un existo.






















es
Baig
car 
 Ós
ble,
posi
 im
mor
: A
ÓN
ACI
TR
LUS
I














Ese “hundimiento estrepitoso llama ha desaparecido sin remedio. ga distinguía, del “amor entre per- 

de algo” que deine el fracaso es una La literatura, repito, está llena de sonas y no entre cuerpos”, dejando 

amenaza que, en todos los aspectos, fracasos amorosos. No aquellos
aparte lo dudoso y acaso hipócrita 
pende siempre sobre nuestras cabe- que la muerte frustra, como Pablo
de la distinción. Y sin que tenga que 

zas. Es un no alcanzar aspiraciones y Virginia, de Bernardino de Saint tratarse necesariamente del llamado 

queridas que suele sumir en tristeza Pierre, o “María”, de Jorge Isaac — “amor platónico”, cuya existencia es, 
y sensación de impotencia. Se habla, hay muchos más, pero no se trata de al in, dudosa.

cómo no, de fracaso amoroso y la componer un catálogo—, sino de Cyrano, el aventurero y poeta 

literatura está plagada de ejemplos. los sobrevenidos inter vivos. De dos contemporáneo de los mosqueteros 
Dejando claro que son, con fre- se me antoja hablar ahora: Cyrano de de Dumas es un hombre que arras- 

cuencia, solo fracasos relativos y en Bergerac, de Rostand, y Noches blan- tra el gran peso de su nariz enorme, 

ocasiones aparentes; porque pueden cas, de Dostoievsky. Muy diferentes: fealdad que condiciona su vida. 
servir para comprender que, a veces, el primero es un melodrama teatral, Está enamorado —no cesará jamás 

lo menos es mucho cuando caemos lleno de tragedia y ampulosidad;
de estarlo— de la bella Roxana, 

en la cuenta de que nunca alcanza- el segundo, una hermosa y poética pretendida por un orgulloso aristó- 
remos más. El rescoldo es un posible balada. Teniendo en cuenta que, en crata y por el bello pero insustancial 

buen sucedáneo de la lumbre si la
ambos casos, hablamos, como Orte-
Christian, por quien la dama se


11

   9   10   11   12   13