Page 21 - Crisis19
P. 21




Y aquellos aparatos casi prehis- nos a la necesidad de un cambio, solo dejamos de mostrar que somos seres 

tóricos: el reproductor VHS, el video podemos pretender que el cambio vencidos, puesto que nos adaptamos 
analógico, la máquina de fotos de áá
úíúnos pertenezca, que sea el que desea- a cualquier situación por perturbado- 
carrete, las cintas VHS, CDs... En fin, mos o, mejor, el que soñamos.
ra o adversa que sea.

óá
que no sabe uno por dónde empezar La vivencia de tantos desastres Hemos heredado un trastero 
sin volverse loco.

ínaturales, medioambientales, ecoló- desordenado, sucio, pavorosamente 
Pienso, que igual que con el gicos, sanitarios, económicos y, sobre atiborrado de objetos inútiles. Es 
é
trastero ocurre con nuestras vidas. todo, sociales no nos ha hecho reac- más, nuestro trastero social contie- 
Cuestin que me confunde, porque 
ócionar. ¿No hemos comprobado la ne infinitas muestras de injusticia

si tanto trabajo nos cuesta cambiar, si insostenibilidad de nuestro estilo de y desigualdad, y cuando la vida (la 

tenemos tanta tendencia a adaptar- vida? Un estilo de vida que ha demos- pandemia) nos da la oportunidad

nos a las cosas, ¿cmo podemos creer trado sobradamente su debilidad; ya 
de cambiar mostrándonos todas las 
que hemos evolucionado? A no ser éque cualquier alteración incide en él, debilidades de nuestro injusto siste- 

que evolucionar tenga algo que ver de tal manera que nos provoca pro- ma neoliberal, nosotros no solo nos 
con almacenar o con repetir eterna- íáfundas crisis que dejan al descubierto 
resistimos, sino que nos esforzamos 
mente el castigo (igual que Ssifo). La ñla hipocresía de nuestros discursos en «replegarnos», en «saltar hacia 

Historia es nuestro almacn, nuestro humanitarios. Porque defender y atrás» para recuperar todas nuestras 
trastero, y cuando queremos poner pretender regresar a esa forma de injusticias y desigualdades, para que 

orden en ella nos agobia pensar en
vida nos define como seres insolida- nuestra ya demostrada inconsistente 

el nmero de separaciones estancos rios, egoístas, mezquinos, suprema- ícultura occidental continúe domi- 
que deberamos hacer; pero, claro, cistas ante quienes tienen menos que nando y destruyendo el planeta y, 

una Historia desordenada resulta nosotros. Nosotros podremos viajar, sobre todo, nuestro humanismo (si es 
ó
difcil de digerir, y no podemos dejar comprar en la otra punta del mundo que alguna vez tuvimos algo de eso).

de analizar la Historia, porque debe- productos fabricados en condiciones á“

mos saber qu hay en el pasado que esclavistas, con materias robadas a las óó

sea til para cambiar nuestras vidas; gentes que viven en el mismo suelo Si tenemos tanta 
cuntas cosas debemos destruir, des- que ellas... Y en nuestros viajes tu- 
tendencia a adaptarnos a las 
preciar, tirar... si queremos aduear- rsticos, aun podremos decir cuando ó“

cosas, ¿cómo podemos creer 
nos de nuestros caminos y cuntas
descubramos su modo de vida: «¡Po- 
d
bres gentes! No tienen apenas nada».
que hemos evolucionado?
ebemos conservar.


Estaremos reclamando el regreso “

a un planeta desordenado, enloque- 
cido, atiborrado de miserias, dividido óLas palabras siempre


por fronteras y grandes vallas que nos Solo nos queda la esperanza de 
buscan los significados á
protejan de la pobreza de esas «¡Po- que a fuerza resistir, de empeñarnos “ 
ms convenientes para que bres gentes!» Que, al parecer, care- en regresar al punto de partida contra 

podamos escudarnos en cen de humanidad al mostrarse tan la voluntad de la naturaleza, tensio- 

ellas
alejados de nuestra sublime cultura nemos tanto la cuerda con nuestra 
occidental.
resistencia, que a puro estirar, estirar, 

Pero nosotros encontramos rpi- estirar esta se rompa y, entonces, no 

Lo contrario, dejarnos arrastrar damente explicacin a todas nuestras haya lugar hacia el que volver la vista.

por la corriente de la resiliencia de contradicciones. En esta ocasin se Ya sé que este artículo carece de 

moda, adaptarnos a lo que venga, aco- nos ha ocurrido despertar el anglicis- coherencia textual. De hecho, debe é

modarnos sin combatir es fracasar.
mo ‘resiliencia’ que, a su vez, provie- notarse que me he estado resistiendo 
Hay una fuerza que nos obliga a ne del participio de presente del ver- durante semanas y semanas a escri- 

cambiar, sobre todo, porque la huma- bo latino ‘resilire’ que significa «saltar birlo, colocando esta idea ahora, esta 

nidad se ha convertido en un azote hacia atrs» «replegarse» y que en la frase despus... todo sin revisar nada 
destructor que pretende que seamos actualidad se usa como «Capacidad de lo escrito con anterioridad, dando 

inhumanos; y a esa fuerza que nos de adaptacin de un ser vivo frente a saltos mi pensamiento en el tiempo; 

empuja al cambio es a la que ni pode- un agente perturbador o un estado o hasta que pude comprender que mi 
mos ni debemos resistir; porque resis- situacin adversos».
resistencia a esta escritura debía con- 

tir est bien cuando nos enfrentamos Debemos, pues, percatarnos de vertirse en resistencia a esa resiliencia 

a un tirano, cuando nos oponemos a que nuestra actitud resulta, cuando tan de moda y tan esclava que preten- 
una fuerza o violencia de otra u otras menos, hipcrita cuando presumi- de obligarnos a vivir bajo la dictadura 

personas; pero no podemos resistir-
mos de ser seres resilientes; ya que no
de la derrota humana.



21


   19   20   21   22   23